10 may 2023

DESDE UCRANIA: " Salimos llorando y volvemos con júbilo”.

¿A dónde vais? A Kiev, a casa... Ya hace más de un año, y muy a su pesar, 3 misioneras españolas de la congregación de Santo Domingo , tuvieron que dejar lo que era toda su vida y huir de Ucrania. Dos de ellas, María Mayo y Antonia Estrada, son de nuestra diócesis y nos pusieron al tanto del horror que habían pasado para huir de la guerra, fue en marzo del año pasado y en contra su deseo. Hoy están de nuevo en “casa”, en Kiev, y escriben para compartir su alegría...
" Kiev, 8 de mayo 2023. Queridos amigos: ¡Gracias por tantos mensajes, por vuestro cariño, cercanía y sobre todo por vuestra oración! Queréis saber de nosotras y nosotras os queremos compartir, nuestro viaje de vuelta a Kiev y los encuentros, y reencuentros en ese camino. Con otros salimos ‘llorando y volvemos con júbilo’. En esta vuelta las maletas y los grupos nos identificaban. Nos preguntábamos unos a otros en la estación de tren de Varsovia: ¿Adónde vais? Y respondíamos con sonrisas: A Kiev, a casa. Y con el runruneo de nuestras maletas, y esperándonos unos a otros hasta completar cada uno su círculo familiar, nos dirigíamos al andén en multitud.
Al salir en nuestro éxodo con tanta gente, Jesús Eucaristía, fue nuestro consuelo y compañero de camino, y ahora nuestra alegría en la vuelta a casa, a la misión. ‘Nos lleva sobre las alas de las águilas’, dice el salmo y a nosotras, por las manos de tantos ángeles visibles que facilitaron y facilitan nuestro camino, desde Natalia una sobrina de María Jesús que nos llevó al aeropuerto, a Rufino, Anna y Jorge de la embajada de España en Varsovia que nos buscaron los billetes para el tren de Kiev, nos acogieron en el aeropuerto, nos dieron una vuelta por Varsovia, nos llevaron al hotel y a la estación… Con cada nuevo detalle Dios, nos mostraba y nos muestra su presencia, su caminar con nosotras y entre nosotras.
El viaje en tren, unas 20 horas, fue bueno, pues estábamos en dos compartimentos con litera. La gente que volvía con nosotras a Ucrania, al ver nuestro grupo ‘de abuelas’, nos daban las gracias. El trayecto desde Varsovia hasta Kiev, nos permitió acercarnos poco a poco a la vida real. Aunque el oeste de Ucrania no ha sufrido tantos ataques, vimos algunas casas destrozadas, pero también muchos campos cultivados; los bosques limpios y las zonas anegadas de las lluvias, drenadas con ramas de los bosques; las redes eléctricas reparadas y los postes nuevos al lado de otros viejos y deteriorados. La lucha por la vida, por la paz, se hace desde todas partes, en las pequeñas y grandes cosas que facilitan la vida, sea la línea de fuego o no.
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