17 oct 2023

CARTA PASTORAL DOMUND 2023

El Obispo de Astorga

CORAZONES ARDIENTES. PIES EN CAMINO – DOMUND 2023
Los titulares de los programas del corazón más vistos se los llevan famosos que hoy se enamoran de una persona, mañana de otra; un día se juntan y, al siguiente, se separan. En el titulado “Misioneros por el mundo” ofrecido por 13 Tv. los viernes a las 21: 30 h., en cambio, el protagonismo se lo llevan
personas fieles a Jesucristo, que aman a los hermanos más necesitados y continúan a su lado haya guerra o haya paz, pobreza o abundancia, frío o calor. Los protagonistas no son gente famosa, pero sí grande, con un corazón ardiente, luz en la mirada y pies en camino hacia los pobres y excluidos.
Aunque no suelen ser noticias tratadas por los medios comerciales, salvo que alguno sufra un atentado, un secuestro, la muerte… en determinadas ocasiones como la que nos brinda la celebración del DOMUND, los solemos contemplar  abrazando, celebrando, acompañando a niños y a personas necesitadas en países lejanos y hasta exóticos. De ahí que algunos los consideren superhombres, aventureros, románticos altruistas, llaneros solitarios. Las atractivas imágenes que se nos ofrecen, sin embargo, dejan en un segundo plano realidades que no se descubren a primera vista. A ellas se refiere el Papa Francisco en el Mensaje que ha escrito con motivo de esta celebración misionera.
El DOMUND de este año lleva por título “Corazones ardientes. Pies en camino”. El Santo
Padre toma como referencia el texto de los discípulos de Emaús que, aunque conocidísimo, siempre
nos depara alguna sorpresa. Volvamos una vez más sobre él. Los dos discípulos, naturales de Emaús,
retornan a su pueblo sumidos en la tristeza, la desorientación y el desánimo. Hoy, como entonces,
también muchos creyentes, también muchos misioneros se sienten desanimados, amedrentados por
las situaciones de injusticia, violencia y pobreza que los rodea. Y hoy también el Señor se pone a
caminar a su lado, como hizo con los discípulos de Emaús y, aunque no les ahorra la pelea, les da
motivos para la esperanza: “En el mundo tendréis luchas -les dice-; pero tened valor: yo he vencido al
mundo” (Jn 16, 33).
Jesús, después de escuchar a los dos de Emaús, ilumina con la Sagrada Escritura la situación que viven. Ciertamente, como dice el Papa Francisco, sin la Palabra, “los acontecimientos de la misión de Jesús y de la Iglesia en el mundo permanecen indescifrables”. La escucha de la Palabra encendió los corazones de los discípulos. Así se lo confesaron el uno al otro después de reconocer en el peregrino a Cristo resucitado: “¿No ardía nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?” (Lc 24, 32). La historia se repite en los misioneros de hoy. También ellos encuentran en la Palabra de Dios explicación para su misión; también ellos sienten cómo se enciende su corazón en el encuentro diario, cara a cara con el Señor, lejos de los focos mediáticos.
El ardor del corazón alimentado por el mensaje divino empujó a los dos discípulos a pedirle al Peregrino que se quedara en su casa a pasar la noche. En la cena, viéndolo tomar el pan, bendecirlo,
partirlo y dárselo, resurgió en ellos el recuerdo de la Última Cena y lo reconocieron. Sus ojos, se poblaron de luz y sus pies, llenos de alegría, se pusieron en camino, el camino de la misión. 
El misionero -repetimos- no es un superhombre, no es un aventurero, no es un romántico altruista, no es un llanero solitario; es una persona normal que, en situaciones difíciles y hasta dramáticas, experimenta la compañía del Señor, come a la mesa con Él y, lleno de alegría y con pies ligeros, se dirige al encuentro de las personas que necesitan escuchar la Buena Noticia de la paz y de la salvación de Dios. Tengámoslos siempre en el recuerdo y apoyémoslos con nuestra oración, nuestros donativos, nuestros sacrificios y, sobre todo, con nuestro testimonio cristiano. Que así sea.
+ Jesús, Obispo de Astorga

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