13 feb 2024

OBRA PONTIFICIA DE SAN PEDRO APÓSTOL

OMPRESS-ROMA (12-02-24) 
Gracias a las Obras Misionales Pontificias se puede apoyar la labor de formación de decenas y decenas de rectores, profesores y directores espirituales de los seminarios en los territorios de misión. Las “intenciones de misa” les ayudarán a mantenerse al lado de los futuros sacerdotes de estos territorios.
Este año, desde España, se han hecho llegar numerosas intenciones de Misa, a los formadores de seminarios de África, en seis países: Benín, Camerún, Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial, República del Congo y Togo. En el caso de Costa de Marfil, por ejemplo, estas intenciones de Misa han ido destinadas a los sacerdotes que están al frente del Seminario Pablo VI de Abidján y del Seminario de San Pedro de Daloa. Son nueve sacerdotes que, con los 6.000 euros enviados podrán, con fervor y dedicación, además de seguir formando seminaristas, presentar ante el altar de Dios las intenciones de los donantes.
La Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, una de las cuatro Obras, volcada en las vocaciones sacerdotales y religiosas en los 1.123 territorios de misión, sostiene los muchos seminarios que albergan a cientos de jóvenes deseosos de entregar su vida a Dios. Entre las ayudas que hay que tener en cuenta está el sostenimiento de quienes, en el día a día de estos jóvenes, les preparan para ser los sacerdotes del mañana. La mayor parte de los sacerdotes de los territorios de misión no tienen salario alguno y viven de las donaciones de los fieles, que también son pobres. De ahí que para mantenerse suelan tener algún trabajo, que les lleve a dedicar horas a tareas no relacionadas con sus funciones pastorales, además de tener un terreno para cultivar al lado de sus parroquias. Aún así se les exige que sean una especie de “personal sobre el terreno” para todo tipo de emergencias. Son trabajadores sociales, mediadores de conflictos y maestros. Son enfermeros, contactos seguros para ONGs y agencias de desarrollo y refugio para quienes huyen.
Por otro lado, en sus países a menudo no existe un sistema social que asegure sanidad, educación y apoyo. Cuando esto falta la Iglesia garantiza la educación escolar, trabaja para combatir la pobreza a largo plazo y gestiona centros de salud. Mucha gente no tendría futuro si los sacerdotes no estuvieran plenamente comprometidos en ayudar a los más pobres entre los pobres.
Por todo ello, resulta muy difícil que algunos sacerdotes de estos territorios tengan la generosidad de dedicarse a la formación en los seminarios. Con las intenciones de Misa que la Obra de San Pedro Apóstol les hace llegar se les asegura parte de su mantenimiento y que sigan adelante dirigiendo los seminarios, impartiendo clases o discerniendo la vocación de estos jóvenes a través de la dirección espiritual. En España, se ha plasmado en 10 euros cada intención de Misa. Es una oportunidad de encomendar en estas celebraciones eucarísticas a los propios difuntos o alguna intención en particular, uniendo así el cariño por un familiar fallecido, al cariño por apoyar la formación de sacerdotes.

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