21 jun 2024

Delegaciones de Misiones y Direcciones diocesanas de OMP

Son muchas campañas porque las necesidades son muchas, pero nadie te obliga a colaborar.

Hay muchas personas que todavía no saben distinguir bien las funciones de las Delegaciones de Misiones y las Direcciones Diocesanas de Obras Misionales Pontificias en las diócesis,  de otras entidades relacionadas con la Iglesia que se dedican a la Caridad. 
En nuestro caso, las delegaciones y direcciones de OMPs están para ayudar a las comunidades, iglesias, seminarios... que se encuentran más más necesitadas en el mundo. Es verdad que no somos una ONG… no damos “directamente” de comer al hambriento ni de beber al sediento porque…
Nuestra “misión” es ayudar en las iniciativas para propagar el mensaje de Jesús: el Evangelio. Pero no nos engañemos... su MISIÓN, y eso es lo también hay que tener claro, es ayudar a los misioneros en sus proyectos de desarrollo, programas pastorales, programas de salud y proyectos educativos. Porque ellos siempre llevan el Evangelio en una mano y la Caridad en la otra.
y nosotros... ¿Qué podemos hacer?
Nuestra “misión” , es ser misioneros en nuestros entornos y ayudarles cuando necesitan proporcionar educación y alimentación a la infancia, a los ancianos, a esos padres y madres que no ven salida a sus problemas. Ayudar a diócesis nacientes o sacudidas por guerras, revueltas o hambrunas. Ellos, nuestros misioneros, dirigen hospitales, dispensarios, escuelas de formación docente y vocacional...
Vocacional sí, seminarios y noviciados, porque en esos países no los hay, porque si los hay, no tienen como sostenerse y porque, en esos países. las vocaciones no tienen ayuda de nadie, los sacerdotes no tienen sueldo y las religiosas viven de las limosnas y ayudas que les llegan desde países como el nuestro, que por cierto es muy solidario.
Nuestros misioneros, los sacerdotes, religiosos y religiosas a los que ayudan, promueven también iniciativas de justicia y paz, proyectos de empoderamiento para las mujeres. Visitan prisiones, rehabilitan a niños soldados, cuidan a enfermos de todo tipo (la lepra todavía existe)... y, sobre todo, ofrecen consuelo y amor a los desheredados de la tierra.
Nuestro objetivo es ayudar en la promoción del crecimiento espiritual de las zonas donde tienen sus misiones con campañas como la del Domund, pero también al fomento de su desarrollo humano.
La campaña de la Infancia Misionera está orientada a sensibilizar a los niños desde muy pronto en este sentido, ellos deben entender la suerte que tienen al haber nacido en un país como el nuestro,  y deben “aprender” a ser pequeños misioneros y a “sacrificarse” por otros niños que no tienen la suerte de contar con una iglesia, con su escuela y sus maestros, dispensarios con médicos y enfermeras… centros de promoción social y cultural para ellos y sus madres…deben aprender a dejar sus pequeños egoísmos y ser solidarios.
Para lograr estos objetivos, tenemos que confiar en la humanidad y generosidad de los donantes que nos apoyan, que cada vez son menos, y en la dedicación de los hombres y mujeres que trabajan junto a nosotros y que tristemente son muy pocos.
Sin el apoyo de voluntarios, donantes y benefactores, es muy difícil llevar a cabo nuestros proyectos y actividades diocesanas. La campaña de Vocaciones Nativas, que apenas tiene colaboración en nuestra diócesis se realiza para ayudar a esos jóvenes que quieren ayudar y ponerse al servicio de los demás siendo sacerdotes, religiosos y religiosas pero no tienen medios porque los seminarios, noviciados... son pocos y en la mayor parte de los casos alejados de sus pueblos y aldeas.
Son muchas de esas “vocaciones nativas” que ya están “haciendo misión” en España por falta de vocaciones propias, son unos cuantos los que acaban su formación en nuestro país y vuelven a los suyos a enfrentar una labor difícil e incluso peligrosa. Muchos de ellos mueren en el intento.
Para poder “ayudar a los que ayudan” a cumplir con esa misión que todos admiramos, necesitamos el apoyo de todos, no sólo de nuestros agentes pastorales, sacerdotes, religiosas, catequistas, maestros, padres y niños, de TODOS, incluso de los que tienen dudas sobre la Iglesia, pero creen que nuestros misioneros son lo mejor de ella.
Para los que quieren: dar de comer al hambriento, de beber al sediento, vestir al desnudo… Recuerden que quienes promueven y luchan para que las obras de misericordia sean reales en estos países que no conocen a Jesús, son nuestros sacerdotes, religiosos y religiosas. También que, para que ellos puedan llevar a cabo estas funciones, necesitan de la ayuda de esas vocaciones que aquí nos faltan… AYUDEMOS A LOS QUE AYUDAN , por pequeña, que sea tu colaboración, entre todos podemos aportar nuestro granito de arena. Y, no olvidemos que “La caridad ha de empezar donde mayor sea la necesidad”, y en el tercer mundo la necesidad es mucho mayor que aquí.

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