Tras la foto de grupo, regresamos al seminario donde un grupo de jóvenes bajo la supervisión del delegado de Vocaciones y Juventud organizaron una ginkana que hizo las delicias de los niños, con tentempié incluido.
Mientras los niños participaban en la ginkana, los adultos se reunieron en el aula de audiovisuales donde Manolo y Almudena, miembros del equipo diocesano de misiones, dejando claro que estaban reunidos como una comunidad de creyentes cuya norma básica es el Evangelio, y partiendo del lema “Comparto lo que tengo” nos plantearon la pregunta ¿Y yo, qué tengo para compartir?.
A partir de ahí presentaron la situación real de las migraciones en España, haciendo a los presentes preguntarse cuantos datos objetivos conocían sobre su número, raza, por donde accedían al país y el número de inmigrantes que este país necesitaría en pocos años, ante la falta de nacimientos y el envejecimiento poblacional... e invitándoles a no hacer caso de los datos engañosos o "Fake News" que cada día proliferan más, y corregir nuestro lenguaje.
Nos recordaron que Jesús tuvo que huir a Egipto y que, a lo largo de su vida, se encontró con muchas personas extranjeras y nos dio ejemplo de cómo actuar. Invitaron a los cristianos de corazón a acompañarles y apoyarles, recordándonos que este es un país donde ha habido muchos emigrantes y lamentablemente sigue habiéndolos.
Los migrantes y refugiados son un regalo para enriquecer nuestras relaciones, la cultura, la economía, la fe…La Comisión Episcopal para la Pastoral Social y Promoción humana, cuyo presidente es nuestro obispo D. Jesús, ha desarrollado una exhortación en la que se manifiesta “El derecho a no tener que migrar, el derecho a migrar y a la ciudadanía mundial”. Terminaron invitándonos a “Conocer para comprender, escuchar para después hablar, cuestionar para defender”. Y a ponernos por unas horas en la piel del que necesita huir y migrar.
La comida debido a las inclemencias del tiempo se hizo en los comedores del seminario en medio del bullicio y la alegría. Al acabar todos nos desplazamos al teatro diocesano donde para empezar, nuestro Sr. Obispo dirigió unas palabras de bienvenida a los niños y les ánimo a compartir lo que tenían y a seguir a Jesús.
Posteriormente se realizó el festival de la Infancia Misionera en el que participaron seis grupos de diferentes puntos de la diócesis.
Queremos expresar nuestro agradecimiento mas sincero a los asistentes: La UPA de Rivas del Sil, Veguellina, La Bañeza, Sanabria, Tábara, Cacabelos , Viana do Bolo, O Barco, Sanabria, Colegios diocesanos de S. Ignacio y Pablo VI, Congosto, Manganeses, San Antonio y El Campo de la Cruz de Ponferrada. El año que viene celebraremos una nueva edición... Gracias de nuevo.
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