El P. José María Gómez, misionero claretiano nativo de Huerga de Garaballes, lleva más de
cincuenta años ( sus bodas de oro sacerdotales fueron en 2014) en Uruguay, actualmente en la parroquia de Ntra. Sra de Fátima de Montevideo. Una labor misionera que se extiende desde 1961…desde allí nos envía estas letras....
“Necesitamos muchas vocaciones, y sobre todo, el espíritu
misionero que no debe faltar a nuestra Iglesia. Hoy nos está faltando mucha
humanidad, y la Iglesia debe manifestar y expresar ese rostro humano, tierno de
Dios. Tenemos que hacer que el mundo sea verdaderamente el hogar en el que
todos puedan sentarse en la misma mesa donde no debe faltar el pan, la
solidaridad y el amor y la Paz”.
Quienes le conocen le describen como el hombre que consiguió grandes transformaciones en la parroquia de Inca y Pagola donde
cambió las ofrendas de velas por alimentos, beneficiando a parroquias,
instituciones y pobres de la zona. También les
enseñó el compromiso: "a las personas fuertes y sanas que no trabajaban y se acercaban a pedir, José María les solicitaba que realizaran alguna pequeña tarea de pintura o limpieza, provocando así un beneficio no solo para la parroquia, sino más importante aún, para dignificar a las personas” .
enseñó el compromiso: "a las personas fuertes y sanas que no trabajaban y se acercaban a pedir, José María les solicitaba que realizaran alguna pequeña tarea de pintura o limpieza, provocando así un beneficio no solo para la parroquia, sino más importante aún, para dignificar a las personas” .