6 oct 2025

Misioneros de esperanza entre los pueblos


El Administrador Diocesano, designado como regidor de la diócesis de Astorga en sede vacante, 
D Francisco Javier Gay Alcain, escribe un mensaje pastoral con motivo de la Jornada Mundial de las Misiones (Domund), destacando el trabajo y las necesidades de nuestros misioneros y agradeciéndoles su labor evangelizadora...
Con la llegada del mes de octubre la Iglesia universal se dispone a celebrar un año más el mes de las Misiones y la Campaña del DOMUND, que este año tendrá lugar el domingo, día 19 de octubre. 
Esta Jornada llena siempre de ilusión y esperanza las vidas de nuestras comunidades parroquiales, porque el recordar y revivir los anhelos, las ilusiones y los trabajos de cada uno de nuestros misioneros nos hermana con aquellas gentes, hermanos nuestros, que viven lejos, pero que estos días se hacen cercanos en los testimonios de quienes están a su lado y entre ellos. ¿A quién no le han impresionado alguna vez los relatos realizados por nuestros misioneros en los que narran peripecias humanas y apostólicas que revelan lo mejor de la humanidad y de la vivencia de la fe?
Las vidas de cada uno de nuestros misioneros son, como bien nos decía el Papa Francisco en su mensaje
para esta Jornada, “una respuesta concreta al mandato de Cristo resucitado, que ha enviado a sus 
discípulos a evangelizar a todos los pueblos”.
Doscientos veintiún misioneros, dieciséis sacerdotes, doscientos tres religiosos y religiosas y dos laicos, nacidos en nuestra diócesis, son el testimonio vivo de este impulso que el Espíritu Santo suscita en el corazón de los cristianos para que puedan entregar su vida al anuncio del Evangelio en los lugares en los que la presencia de la Iglesia es todavía más reciente o apenas se está iniciando. En el mes de julio realicé el envío de una familia misionera, los padres y sus cinco hijos, que dejándolo todo se ponían en manos de la Iglesia para compartir su fe y anunciar a Cristo en Guinea Ecuatorial. La labor de ellos y de todos los misioneros es verdaderamente fundamental para que nuestra Iglesia diocesana siga respondiendo al mandato del mismo Cristo que se hizo uno de nosotros para salvarnos y nos envío hasta los confines de la tierra para cumplir su misión.
El lema de este año nos recuerda que la labor de nuestros hermanos los convierte en “misioneros de esperanza entre los pueblos”. Si Cristo es la fuente de la esperanza, que sólo puede ser don suyo, los misioneros son constructores de la misma allí donde se encuentran. El Papa León XIV resaltaba la importancia de la labor misionera en su mensaje a las Obras Misionales Pontificias al recordarnos que “nuestro mundo, herido por la guerra, la violencia y la injusticia, necesita escuchar el mensaje evangélico del amor de Dios y experimentar el poder reconciliador de la gracia de Cristo”.
Os invito, pues a vivir con intensidad este mes misionero, a dejar que los testimonios de nuestros hermanos y hermanas calen en nuestro corazón, a colaborar generosamente con nuestra oración, nuestro tiempo y nuestros donativos, a vivir también la misión apostólica aquí en nuestras propias parroquias, pueblos y ciudades.
¡Qué todos nosotros seamos también discípulos misioneros en nuestra propia tierra!
Con mi abrazo fraterno,
Francisco Javier Gay Alcain
Administrador Diocesano

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