“Y OTRA PARTE CAYÓ EN TIERRA BUENA”
El 23 de octubre de 1994,
dos religiosas agustinas misioneras, eran asesinadas en Argel cuando se
dirigían a la Eucaristía. El día que todos los cristianos celebrábamos el
DOMUND, queriendo compartir nuestra fe con todos los pueblos de la tierra,
Esther, de León y Caridad de Burgos, sellaban esta fiesta, lamentablemente con
su sangre. En esa comunidad vivía otra religiosa, Lourdes Miguélez, natural de
Barrientos de la Vega, en nuestra diócesis de Astorga.
Hace 2 meses en este mismo medio yo les invitaba a
que este verano los que tuvieran ocasión, en las parroquias se le diera algún
espacio para que los misioneros de vacaciones pudieran compartir su vida y su
experiencia de fe. Yo tuve la oportunidad de hacerlo con un buen grupo, lo cual
me alegró mucho, es una riqueza descubrir la categoría de personas y de
cristianos que naturales de nuestra diócesis están sembrados por el mundo, sin
duda una de las riquezas de nuestra diócesis de Astorga. Varios medios de
comunicación han sido portavoces de su vida y trabajo.
El testimonio de Lourdes,
una vida sembrada y entregada al pueblo Argelino, al que ama con amor de madre,
de hermana, de hija y de amiga, me
parece muy bonito- para nosotros - en uno momento distinto, donde la evangelización
necesita nuevos métodos y nuevos impulso, además de actitudes nuevas, o como a
Lourdes le gusta recordar: “Evangelizar no es imponer, ni siquiera proponer
nuestro concepto de Dios, sino servir a la acción que Dios hace en cada
hombre”. Mons Duval.
Argelia hoy es un país
musulmán, no siempre ha sido así. Con la independencia de Francia en el año
1962, todas las instituciones de la Iglesia fueron puestas al servicio del
desarrollo de este país y en los años del 70 al 80, fueron nacionalizadas. “La
Iglesia de Argelia a través de estos despojos se fue purificando y ganando en
testimonio cristiano ante el pueblo argelino, entro definitivamente al camino
de la simplicidad y de la pobreza, sólo le quedaba la inserción”. En octubre
del año 1993, grupos de islamistas radicales, empiezan a amenazar de muerte a
todos los extranjeros que antes del 1 de diciembre no hayan abandonado el país.
La comunidad cristiana queda reducida a la mínima expresión: algunos grupos de
laicos, estudiantes, personal de las embajadas además de 120 sacerdotes y 150
religiosas, en las cuatro diócesis del país. Las palabras de San Agustín,
escritas varios siglos antes parecían estar destinadas a iluminar el momento
presente. “Quien permanece en medio de su pueblo, exponiéndose, a ser
perseguido e incluso asesinado, realiza una obra más meritoria que el mismo
martirio. Por lo mismo, no abandonéis jamás vuestro rebaño”. Lourdes era
empleada en un hospital en el ahora trabaja como voluntaria, y las palabras de
los vecinos y compañeros musulmanes le animaban e invitaban a
permanecer:”Mientras estáis con nosotros sabemos que podemos guardar esperanza,
creer que un día la situación cambiará para todos y que Argelia no será
abandonada al caos”.
En este mismo contexto se
desarrolló la vida y la entrega de los monjes cistercienses de Atlas, cuyo
testimonio, de vida y de martirio,
recoge la película “De dioses y de hombres”, creo que uno de los
tratados más actuales y bonitos sobre la misión de los cristianos en el mundo
actual, sobre la fraternidad y el dialogo interreligioso. En una escena cuando
los monjes plantean la posibilidad de salir, las autoridades musulmanas le contestan:“Nosotros somos los pájaros y
ustedes las ramas, si se van en quien nos posaremos”.
En su conversación
Lourdes destaca que la Iglesia en Argelia es una familia. “nos conocemos,
compartimos problemas, esperanzas, ayudas económicas. La relación con los
obispos y el cardenal es familiar nos visitamos entre nosotros sin ningún
protocolo, agradecemos cuando nos visitan y celebramos la Eucaristía. Los
musulmanes no distinguen de congregaciones para ellos somos: cristianos y
extranjeros y ahí, en esa unidad reside nuestra fuerza y nuestro testimonio”.
En su experiencia
cotidiana nos cuenta: “mi vida cada día consiste en empezar a servir,
interrogándonos para no defraudarnos de la opción que hicimos como cristianos y
religiosas. Cuando la Iglesia es vulnerable y frágil hasta el extremo, se
muestra más libre en su deseo de amar hasta el extremo”.
Lourdes después de los acontecimientos del 94 regresó unos
años a España donde se preparó nuevamente en enfermería, trabajo en Móstoles,
con grupos marginales de reclusos, ex reclusos, enfermos de sida, minorías
étnicas, pero siempre con el deseo de poder compartir su vida nuevamente con el
pueblo Argelino que tanto amo. Nuevamente ha regresado, es voluntaria en el
hospital y puede seguir viviendo esa entrega callada, sencilla, tensa en muchos
momento, pero cargada de sonrisa y plenitud, de un alma que porque está
enamorada de Cristo y repleta de amor, puede decir con el poeta Ibn Arabi.:
“Hubo un tiempo en que yo rechazaba a mi
prójimo si su religión no era
como la mía.
Ahora, mi corazón se ha
convertido en el receptáculo de
todas las formas religiosas”.
Gracias Lourdes, por ti, por tu amor y por tu
vida misionera..
No hay comentarios:
Publicar un comentario