La revista Misioneros Tercer Milenio dedica en su último número un artículo al acoso que los cristianos y nuestras iglesias están sufriendo en todo el mundo. Porque estos hechos no sólo ocurren en el mundo islámico, también se están dando casos en la vieja Europa.
La intolerancia, la discriminación son algo que empieza a ser cotidiano en Alemania, Reino Unido e incluso España... las ofensas y la difamación son continuas. El respeto que se pide para otras creencias, movimientos y religiones, se pierde con el mayor descaro e impunidad a las puertas de nuestras casas.... los cristianos somos muy mal vistos, y todos pagamos por lo que hacen unos pocos. Es posible que sólo piense y actúe así una minoría, pero hemos de recordar que el apartheid lo sufrió una mayoría negra ante una minoría blanca....
Unas 7.000
personas fueron asesinadas en el mundo solo por su condición cristiana en 2015.
Tres mil más que el año anterior. Dos mil trescientas iglesias fueron atacadas,
el doble que en 2014. Unas cifras que hacen muy real la expresión “Cristianos
en el objetivo”. Es el título del informe que presenta en sus páginas centrales
Misioneros de mayo y que viene a
mostrar cómo, por diversas razones, los cristianos son señalados,
discriminados, vejados, agredidos y asesinados en numerosos países de todo el
mundo: Corea del Norte, Irak, Eritrea, Afganistán, Siria, Pakistán, Somalia,
Sudán, Irán, Libia, Yemen, Nigeria… Lo dijo el arzobispo Celestino Migliore:
“No hay ninguna religión en el mundo que esté exenta de discriminación, pero la
cristiana es la fe más perseguida”. Y la conclusión a la que llega el artículo
preocupante: “Mucho tiene que cambiar la cosa en los próximos años para que
vuelva a haber un clima de tolerancia y respeto hacia los cristianos […]”.
A la “trata
de personas, la silenciosa barbarie del siglo XXI”, dedica Misioneros su sección “Primer plano”, para poner de manifiesto que,
en nuestros días, más de 20 millones de personas –sobre todo, mujeres y niños-
se ven obligadas a sufrir trabajos forzados, entre ellos, la explotación
sexual. Cifras aterradoras, como señala el nuevo secretario general de la OEA,
Luis Almagro. Y lo peor, en su opinión, es la inacción para poner remedio a
este negocio que se codea, casi en pie de igualdad, con el narcotráfico y con
el tráfico de armas, lo que implica una preocupante complicidad moral. El
reportaje da a conocer también las diversas iniciativas que la Iglesia
católica, a través de múltiples organismos, ha puesto en marcha para combatir
estas formas de explotación y atender a las víctimas. Porque estas tiene rostro
y voz: “No podemos taparnos los oídos ante sus gemidos, ante sus gritos y
llantos”.
La sección
“Iglesia a fondo” de la revista se centra en “Uganda, perla y tesoro de la
Iglesia”. Desde que el anuncio de la fe llegó a esta nación, la Iglesia local
ha estado acompañando a la gente en sus alegrías y en sus penas, siendo faro de
luz y de esperanza, muy especialmente, en los varios periodos de crisis por los
que ha pasado este país. Otros artículos a tener en cuenta en la edición de
mayo de Misioneros es la entrevista
al cardenal Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila y presidente de Caritas
Internationalis, quien reconoce que “los que sufren me están enseñando a amar y
a tener esperanza”; o la “Misión Viva” dedicada a la iniciativa SOS Refugiados
en Red; sin olvidar las secciones de “En el objetivo” y “Cultura”, que analiza
la figura del papa Francisco como “filón editorial y muchos más”.