Esta semana, dentro de las
jornadas de formación permanente para sacerdotes al que este año tenemos
oportunidad de asistir , hemos tenido el placer de escuchar al profesor de la
Universidad Pontificia de Salamanca en Madrid: D. Fernando Fuentes Alcántara.
El tema que nos ocupaba esta
semana era la economía y la Doctrina Social de la Iglesia. El profesor habló de
distribución de los recursos, de la necesidad de que ética y economía fueran
unidas y de que, para la solidaridad, la distribución de recursos era un
conflicto constante. La SOLIDARIDAD que no se hace efectiva es solo una palabra mas, la solidaridad es la otra cara de la caridad, ambas van unidas y es obligación de todos los cristianos hacer una opción preferencial por los pobres y llevar la solidaridad
Nuestra dependencia de la
economía y su reflejo en todos los campos de nuestra vida, su imagen actual que
la muestra “antisocial” ya que se considera que la economía pierde su eficacia
si esta ajustada a valores éticos, nos lleva a concluir que, si no se gestiona
con moralidad, y sujeta a una leyes estrictas conduce a una economía PECADORA
que expulsa a los pobres de una manera legítima pero inmoral. La tendencia a sacar el provecho mas alto a cualquier precio para conseguir "mi bienestar" ha hecho que en la práctica la economía nos haya llevado a una ruptura con el compromiso que tenemos de solidaridad con los menos afortunados y a un alejamiento de todos de la vida política.
D. Fernando habló mucho y
bien, habló de que justicia y caridad van íntimamente ligadas, habló del bien
común y del destino universal de los bienes como derecho natural y prioritario.
Habló de que no debíamos considerar como
bienes sólo al dinero (aunque deberá admitir que con este se consiguen casi
todos los otros: salud, conocimiento, medicinas…)
Para finalizar se nos habló
del trabajo, del derecho al trabajo y del deber que tenemos de trabajar, de las
condiciones y derechos que debe reunir el trabajo: digno, seguro, con descansos,
derecho a la huelga, a la previsión social y de lo que estaba ocurriendo hoy en
día en que se priorizaba al capital sobre el trabajo. El trabajo ha dejado en
muchos casos de ser distributivo en sus realizaciones y resultados, por lo que se
esta cayendo en la INJUSTICIA SOCIAL.
Hoy en día no se considera a
las personas seres que producen y consumen sino productores y consumidores, se ha deshumanizado el trabajo. Quien
tiene en sus manos el capital y no lo pone a producir, quien no lo pone al
servicio del trabajo – lo mete en una cuenta en España o en Suiza o bajo la
cama…- , esta trabajando para que cada vez haya mas desigualdades y mas
injusticias, quien lo pone a producir explotando y pisando los derechos y
libertades de las personas, también. Quien sólo busca su bienestar, quien no llora ante los problemas ajenos como si no fuera su responsabilidad, quien pone por delante los bienes, sobre las personas, y cae en la avaricia ... se ha olvidado de que no se puede servir a Dios si pones por delante el dinero.
Esto debemos transmitir.
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