EL OBISPO
DE ASTORGA A SUS DIOCESANOS
La
Jornada Mundial de las Misiones tiene este año un significado especial por coincidir
con el “Año de la Fe” y el Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización...
Y
por ser el Concilio Ecuménico Vaticano
II un signo
extraordinario de la universalidad de la Iglesia
contribuye a reafirmar la necesidad y urgencia de la difusión del Reino de Dios
que exige la evangelización de todos
los hombres. Los creyentes deben descubrir que son en la Iglesia responsables
de que los hombres descubran que
Dios los ama. Las comunidades deben sentirse responsables de la difusión del
Evangelio anunciándolo y testimoniándolo.
El Concilio
Vaticano II y el mandato misionero
que Cristo ha confiado
a sus discípulos,
debe ser un compromiso de toda la Iglesia. Y el
anuncio del Evangelio por el mundo es responsabilidad de
los Obispos, porque han
sido consagrados, no sólo para su
diócesis, sino para la salvación de todo el mundo, para llevar nuevos discípulos
a Cristo. Pero esto no impide que todos
los componentes de la Iglesia deben sentirse interpelados por
el mandato de Jesús:
Id al mundo entero y predicad el Evangelio a toda la creación.
Nosotros
los pastores de la Iglesia, los consagrados y todos los fieles cristianos debemos seguir las huellas del apóstol San Pablo, que ha trabajado y sufrido
para llevar el mensaje
de
Cristo a los que no lo conocían. En nuestro tiempo debemos luchar y sufrir, y
no ahorrar energías para dar a conocer al
Salvador Universal, que es Cristo. Porque la Iglesia está edificada sobre la fe en el misterio de Cristo que nos ha regalado la salvación, para que demos testimonio hasta que Él vuelva.
La
cooperación misionera no sólo es la ayuda económica sino la participación directa
en la Evangelización.El comienzo del “Año de la Fe” y del Sínodo de los Obispos
sobre la Nueva Evangelización es ocasión propicia para un nuevo impulso de la dimensión
misionera evangelizadora.
El
afán de predicar a Cristo, misión de la Iglesia, en la situación actual requiere
nuevas formas para comunicar eficazmente la Palabra de Dios para renovar adhesión a la fe personal
y comunitaria en el Evangelio de Jesucristo. Por que sabemos que uno de los
obstáculos para la Evangelización es la crisis de fe que sufre la humanidad por el secularismo que impide el encuentro con
Cristo.
Por
lo que es necesario promover la Nueva Evangelización de los países de antigua
tradición cristiana.
¡Ay
de mí si no evangelizo! Dice el apóstol San Pablo. Palabras que suenan con fuerza
para
cada cristiano y para cada comunidad cristiana.
Conocemos
sacerdotes, laicos y familias enteras que dejan su tierra y se van a otras Iglesias
a anunciar a Cristo. Es una expresión
de profunda comunión y caridad entre las Iglesias, para
que escuchen el anuncio del Evangelio y se acerquen a los sacramentos, fuente
de verdadera vida.
A todos
vosotros, sacerdotes y familias cristianas,
os ofrezco esta reflexión para que asumáis vuestra
responsabilidad en la ayuda espiritual a los misioneros y
seáis también generosos en la ayuda económica que podáis ofrecer en este
tiempo de dificultades económicas conocidas por todos.
Recibid
mi testimonio de gratitud y mi bendición.
+
Camilo Lorenzo Iglesias
Obispo
de Astorga
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